La sombra de la cigüeña

Érase una vez, un chico maravilloso llamado....mmmm....Sam, por decir algo. Guapo a rabiar, alto (esto en Madrid hay que dejarlo claro, porque no es lo habitual), encantador, sincero, hablador...todo un dechado de virtudes.
Tuvimos una cita la mar de interesante en un bonito local, al que llegó empapado porque fuera llovía a cántaros. Si la cita llega a ser en mi casa, hubiese sido la excusa perfecta para quitarle toda esa ropa mojada,...pobre chico que se resfría!!! jijijijiji.

En fin, que me pierdo.

Estuvimos más de cuatro horas conociéndonos. Se nos fue el santo al cielo de lo cómodos que estábamos.

Acordamos quedar después de un viaje de trabajo que tenía que hacer. Así que, cuando llegó, concretamos día y hora pero,...llegó el plantón y tras una hora, la consabida llamada de: he tenido un problema, perdóname...no era mi intención. Mañana quedamos y te lo compenso...
Qué le dices a eso??? Pues como soy tonta de remate, entre un jijiji no pasa nada, un noooo te preocupes, claro que sí, estupendo, me parece genial.... ya estás perdida. Y encima te preocupas con un...pero estás bien?? TI-PI-CO.

La cosa es que al día siguiente quedamos y yo estaba como unas castañuelas por verle, pensando en que tal vez la cosa cogería carrerilla tras esa segunda cita. Pero fue verle entrar por el café donde quedamos, para que mi instinto avezado en cientos de batallas, viera una sombra sobre su cabeza.

Antes de que llegara a sentarse, no me digas por qué, ya sabía de qué iba la movida.

Para disimular un poco preguntó que qué tal estaba y mi trabajo y bla, bla, bla. Y yo que ya estaba empezando a mosquearme seriamente, le interrumpí y le dije que me contara lo que había venido a contarme, porque era muy evidente que a este no le iba a ver más y prefería acabar cuanto antes.

Se quedó estupefacto, con la mirada baja y me disparó a bocajarro una historia de lo más extraña.

Hace muchos, muchos años (en una galaxia muy lejana) había tenido un rollo con una amiga un poco mayor que él. De ahí surgió una amistad que se mantiene hoy en día.

El tema es que a ella le llegó el "deadline" maternal y le pidió que fuera el padre de su bebé. Por lo que él pensó...por qué no?. Así, tranquilamente, como pedirle a un amigo que te ayude con la mudanza: Mira me coges esas cajas porfi, me empotras contra la pared y me haces un hijo...gracias!! Qué gran amigo eres!!

Me habló del deseo de ella de que el padre no fuera un desconocido (nada de semillitas anónimas de un banco de semen), que quería que tuviera una figura paterna pero que la responsabilidad sería suya al 100% y bla bla bla.
Yaaaaa, a mi no me engañas amiga!!! Seguro que solo por eso?? No te influyó la calenturienta idea de fornicar a más no poder con tremendo tiarrón hasta quedar preñada? ...ejem...porque a mi ni se me ocurriría!!

Mi cara se iba transformando por momentos gracias a lo surrealista de la situación.

En mi cabeza, tonta de mi,  me imaginaba que ese proceso se hallaba en fase de "inseminación", de dudas por lo que iba a hacer, pero qué narices!!! que iba a ser padre en dos semanas!!!

Es cierto que yo veía en su cara la sombra de la cigüeña, pero no me imaginé que el pajarraco estuviera sobrevolándole como un buitre leonado.
El tema es que como era, en principio, deseo exclusivo de ella y que habían acotado muy bien las responsabilidades, los tiempos, la presencia, la relación entre ellos (que según él es de pura amistad), etc...pues él seguía con su vida habitual.

Hasta que con las hormonas descolocadas, presa del pánico por el parto cercano, llena de aprensión y soledad, le reclamó de manera fehaciente su lugar como PADRE de la criatura y que sí o sí debía estar en el parto, que tenía que ayudarla con la habitación del niño, que estaba muy sola,...
Ella es de otra ciudad. Por lo que a él se le exigía que dejara su trabajo, sus compromisos y sus historias para volar a unos cuantos cientos de kilómetros a asistirla como "donante" sin ninguna responsabilidad sobre la criatura.
Y así, llegó la famosa frase: Entenderás, que en estas circunstancias, no pueda tener nada contigo.

Yo que soy un ser comprensivo y coherente, le dije...Claroooo, normal!! Pero en realidad quería gritar y darle un sopapo a alguien.

Por qué en la primera cita no lo comentó a pesar de que salió el tema??? Por qué no dijo...sabes qué? voy a ser papá en menos de un mes!! Y yo me habría deleitado borrando su teléfono.
Pero obviamente, no le interesaba.

Le deseé toda la suerte del mundo con su paternidad "sin responsabilidades" y me fui a mi casa con sensación de impotencia, incrédula ante la cantidad de hombres raros, raros, raros que me he tropezado y prometo, que dan ganas de llorar.

Un dato curioso fue que días más tarde, todas las fotos de su perfil de la página de contactos, fueron sorprendentemente renovadas por escogidos retratos donde salía rematadamente guapo...interesante!! Hmm!!
Vas a ser padre y renuevas tu perfil para seguir ligando a tope?? Hmmm (léase con ojos entornados, mano en la barbilla y morritos de suspicacia). Y semanas más tarde, descubro por casualidad, que tiene dos perfiles en la web. HMMMMMMMM!! (Suspicacia a topeee!!)

Si era una excusa, el tipo se merece un Óscar (olvidé mencionar que era actor??) por su interpretación de padre primerizo y preocupado, por la historia en sí y por lo cautivador de su discurso.
Imagínate que por poco me dejo inseminar yo, más que feliz, con todo ese irresistible poder de convicción. Me hubiese tomado un café y salido con un bebé debajo del brazo. Para troncharse.
No hace falta darle tantas vueltas. Digo yo. Si no me quieres ver, me das largas, desapareces como el resto o me lo dices abiertamente. Pero este rollo del hijo y luego presenciar todos esos detallitos de la web, mmm va a ser que no.

Si de verdad es todo tal y como lo cuenta, espero que tenga mucha suerte y se cumplan todos los puntos de ese acuerdo con la madre, porque la cosa pintaba más como una futura pareja con bebé que como una familia de nuevo formato.














No hay comentarios :

Publicar un comentario