Perfiles: "El magnate" o el Jordan Belfort de chichinabo.

Basándome en una experiencia reciente he podido distinguir un nuevo tipo de hombre. Vienen pisando fuerte y hay que andar al loro con su deslumbrante carácter.

Estos chicos suelen estar en la horquilla entre los 33-39 años, puede que incluso alguno más. Son hombres hechos a sí mismos en las duras lides de la vida y los negocios, han tenido infancias complicadas, padres exigentes o con un nivel de presión muy alto que les han llevado a querer superarse a cada instante.

Trabajan desde que tienen uso de razón y de pronto dan el pelotazo con algún negocio y se convierten en "El magnate".


"El lobo de Wall Street" en acción.


Su premisa es: cojo lo que quiero, cuando quiero y me deshago de ello cuando ya no me sirva.

Sus habilidades son evidentes. Tienen ese encanto del que todo lo consigue, la persuasión afilada y entrenada para cerrar negocios o para llegar a tus bragas sin apenas darte cuenta. Así, despliegan ojos de corderillo degollado, timidez fingida, respuestas que muestran una verdad a medias y una despreocupación por las cosas más importantes de la vida propia de un adolescente.

En mi caso concreto, en mala hora decidí dejarme llevar.

Supe que no quería quedar con él desde el primer minuto, mi sexto sentido me decía que no era alguien del que fiarse, pero insistió durante casi dos meses y dije: Anda, pues va a ser que le intereso de verdad!!!
Ahora, cuando lo pienso, me viene a la cabeza ese anuncio de la tele, ese de un portal para buscar seguros, en el que aparece un puño gigante por un lateral, a la vez que una multitud grita EEEERROOOOOR, llevándose por delante al descuidado protagonista, como castigo por no haber buscado una oferta mejor.

Pues esa que sale volando contra una estantería podría ser yo perfectamente, lanzada por los aires por el puño del universo...Estoy segura que lo intentó con todas sus ganas, pero como me empeño en distraerme con cosas absurdas en vez de oír la voz de mi conciencia, pasa lo que pasa.

Quedé con él en un contexto nada íntimo, entre una multitud de gente en un acto anual muy concurrido que se celebra en Madrid. Pudimos hablar muy poco por el ruido de alrededor y la situación solo daba para un tonteo superficial y lleno de bromas absurdas.
Como es habitual en "los magnates", en determinado momento se le cruzó el cable y tomó lo que quiso. Me cogió entre sus brazos y me plantó un beso de esos de película en medio de la calle y del público que nos rodeaba. Tan intenso fue, que suscitó los silbidos y gritos de las personas más cercanas.
Esa seguridad que demostró, ese despliegue de autoestima, esa capacidad de deslumbrarme en cuarenta segundos, me dejó KO y él supo que me tenía en el bote.

Al día siguiente quedamos para comer juntos y ahí me mostró su lado más tierno, sus "supuestas y verdaderas" inquietudes, sus auténticas motivaciones, lo incomprendido que se sentía por su entorno, etc...me enseña los dientes de tiburón de los negocios, se regodea en sus habilidades adquiridas por los golpes de la vida,.... No te crees que te vaya a tocar un hombre seguro de sí mismo, con capacidad de decisión, fuerte pero templado que sabe lo que es el esfuerzo, sin contar que físicamente es muy atractivo. Y tu ya vas oyendo la palabra BINGO, en estéreo en tu cabeza.

En resumen: era el Guadiana. Ante una propuesta del alcohol y la fiesta, desaparecía los fines de semana para peregrinar allí donde hubiese un buen sarao, para ponerse hasta el orto de alcohol y de todo lo que pillara por el camino. Pobre chico incomprendido por su entorno, realmente él tenía valores superiores pero sus amigos le arrastraban sin compasión a las garras de la juerga. JA!!!
Así, la semana pasada, convenció a una cohorte de "amigos" porque se le antojó irse a los San fermines y como hace lo que quiere cuando quiere, pues hala!! Un silencio sepulcral invadió nuestra comunicación y literalmente desapareció. Me envió una foto de él posando con su pañuelo típico y el mini de lo que sea en la mano y volvió el silencio. Luego, reapareció durante la semana y las escuetas conversaciones derivaban siempre en:

"He quedado con unos amigos el miércoles (los fines de semana me dejó claro con su sutileza habitual que eran sagrados para sus amigos), si quieres venirte con unas amigas y nos encontramos casualmente, podemos vernos".

En serio?.....................(sonido de grillos)....................(más sonido de grillos)............................(Sinfonía de grillos en do menor).................. Si, en serio..

Aunque este affair sucedió en un breve espacio de tiempo, ante esa proposición que hacía insistentemente, la cordura volvió a mi y decidí que tanta seguridad en si mismo era ya una sobredosis y me estaba cansando.
Le dije que conmigo no contara, que divertirse si, pero no empezar los miércoles a beber y a despilfarrar como si no hubiese mañana.

Conclusión: Este no es un incomprendido, es un alcohólico en ciernes y un fiestero caprichoso del quince que se cree la reencarnación de Jordan Belfort (El lobo de Wall Street) pero la versión de chichinabo. Como se vaya a Las Vegas o a Miami, le perderemos como miembro vitalicio de la lista Forbes, XDDD.



El tentador culo de Leonardo di Caprio en "El Lobo de Wall Street", más quisiera mi "magnate" llegarle a la suela del zapato a Jordan Belfort.



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