Mal sexo




El mal sexo es de tan mal gusto que ofende. Vulgar y chabacano. Un asco, vamos.



Y últimamente, como la mierda flota, es lo que te encuentras día a día navegando por la superficie de este mar de gente soltera.



Pongámonos en situación.



Miles de solteros y solteras utilizando las redes con objetivos muchas veces opuestos. La mayoría de los hombres tienden a no buscar nada en concreto pero si en lo "no concreto" se puede incluir sexo, mucho mejor. Las mujeres buscan otro tipo de vínculos más allá del meramente amoroso -en este caso no hablo de parejas- y me atrevo a decir que a partir de cierta edad, el sexo nos deja de parecer un truco de magia por combustión espontánea para convertirse en algo más complejo. 






Entonces tu estás ahí, con un maromo delante que te hace tilín y claro, tu proyectas. Proyectas ese momento, te imaginas con él en la cama y si la escena te dispara estrellitas por el sur, pues tu ahí ya sabes que puede haber mambo. 

Una vez lo sabes con certeza, el discurso cambia, la química te posee y tratas de dejar claras las señales sin llegar a ser demasiado obvia. Ya se sabe que en la rutina del cortejo se debe encontrar el equilibrio entre dejarlo claro y no pasarse de ponerlo fácil. Que lo fácil no pone, a nadie, en general...no?.


Vale. Ambos notamos la química. 



Hemos llegado a ese punto maravilloso de la TSNR (Tensión sexual no resuelta). Ahí nace el deseo. Puro, claro, palpitante. Francamente, para mi es la mejor parte de todo. Estás ahí acumulando ganas por minuto, mirando su boca, su cuello, sus manos....y sigues proyectando, imaginando, deseando,...ninguno sabe qué hacer. Se siente la electricidad en el aire, como esas tormentas de verano que se aproximan en el horizonte.



Y de repente, el primer relámpago: El beso del valiente, el roce del que no aguantó más, la caricia del impaciente...



Punto en el que se decide que nos vamos a resolver a la casa más cercana, sabiendo lo que va a pasar. Con la posibilidad real de enfriarte por el camino. 

Por desgracia ya el misterio, la caza, la seducción se acabaron,....ahora todo se reduce a esa urgencia por un chute, otra dosis,...¿¿¿para qué ibas a esforzarte con lo fácil que ha sido???.


Existe una necesidad por resolver. Enorme. Gigante. Terrible. Tenemos miles de años de biología empujándonos a consumar, ya, a cualquier precio y es algo que se graba día a día en el ADN de estos tiempos que vivimos. El sexo es una droga como otra cualquiera. Quieres, deseas, necesitas ya...Es tan asombrosamente fácil tener sexo que nadie lo valora.








Importa más la cantidad que de la calidad. ¿Si te acabo de conocer para qué iba a desplegar el arsenal de buen amante, si con un polvete estándar resuelvo?? 



Entonces, estás tu ahí, en faena, con el del polvo estándar. Ese que se cree que con estandarizar es suficiente para seguir alimentando la leyenda -que solo él se cree- de súper lover de la muerte y claro, querido, pues no. 



Por no saber, no saben ni los mínimos de la anatomía femenina. Son bruscos, brutos, raros y desagradables. Estoy por inventar una app de móvil que por GPS les de pistas para localizas "las cosas importantes". Terrible.



Hablando de esto con amigos, me dicen que la mayoría de las mujeres nos gusta la mandanga. Es decir, el coito, el mete saca, como queráis llamarlo; que eso de los preliminares nos impacienta y tendemos a apresurar al hombre para que nos empotre sin medida. 






Meeeeeeck!!!! ERROR. En realidad, queridos, se os dan tan sumamente mal los preliminares, nos aburrimos de una manera tan épica, que preferimos proceder al acto para que acabe el tedio lo antes posible. Muchas veces con la inocente esperanza de que aquello mejore por algún sitio y claro....no mejora.


Si a eso unimos que el porno ha hecho más daño que el CFC a la capa de ozono, tenemos a unos salvajes de más allá del muro que piensan que golpear o frotar los genitales femeninos sin ningún cuidado, como si aquello fuera la rejilla del extractor de la cocina en la limpieza general, pues no. Eso causa dolor y es otro motivo por lo que las mujeres cambiamos de tercio con velocidad supina.


Me gustaría ver la cara de los hombres si jugáramos con sus joyas de la corona en ese registro, tal y como el porno les ha enseñado que deben "jugar" con nosotras. 

El porno es una dramatización de la vida real. Una exageración, una parodia de lo que pasa en las camas de la gente común. Y por su difusión y fácil acceso, muchos hombres se creen que pueden tratarnos como si fuéramos actrices de la industria. En el porno el hombre y su miembro son venerados por una horda de mujeres complacientes, cuyo deseo y placer desaparece en favor de lo que cree el hombre que nos gusta, no de lo que REALMENTE NOS GUSTA.


La realidad nos arroja a cientos, miles, de hombres limitados en el placer a su propio mundo, donde su pene y su disfrute es lo único que les importa. Tú te conviertes en una especie de mano gigante con la que se masturban. Y mañana será otra mano, y otra, y otra...








Seguro que hay mujeres que encuentran en estos intercambios la satisfacción que necesitan, que la sensación es de plenitud les invade tras estas experiencias. Pero tiendo a pensar que son la minoría.

Que los polvos espontáneos están genial, pero no para tomarlos como costumbre, como modus operandi para obtener placer.

A lo largo de mi vida he tenido mucha suerte. Me he tropezado con hombres exquisitos, pacientes, detallistas y llenos de curiosidad por explorar las miles de caras del placer en sí mismos y en su compañera de cama.
Pero últimamente noto esta crisis con más intensidad, más fuerte que nunca, es como un virus del sexo mediocre que se propaga por doquier. Y lo peor es que no hay ni paciencia ni ganas de que cambie, de encontrarle cura.


Y tú estás ahí que no conectas, no conectas con nada ni con nadie, con urgencia de piel y de deseo, de seducción y pasión, y nada....la nada más absoluta.




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