Adicción a lo imposible




Llevo de vacaciones unos meses por asuntos varios y básicamente, porque no tenía nada interesante que decir. Porque escribir para contaros tonterías por el mero hecho de mantener actualizado el blog, creo que no es lo correcto. Yo vengo aquí a vomitar mis teorías trasnochadas cuando creo que es imprescindible. Completamente necesario.

Hoy vengo a hablaros de una cosita muy peculiar que está pasando con las emociones, con el amor, con el colgarse de alguien.

Somos unos adictos a lo imposible y a lo dañino. Y punto.

¿¿Más daño nos hacen?? ¿¿Más difícil es la relación?? ¿¿Más imposible es el tipo?? Pues ahí que vamos nosotras con toda esta sensación de sacrificio absurda, implantada por años de lavado de cerebro, de pelis donde lo improbable sucede y acaba con finales felices, de la frasecita "los que se pelean, se desean"...oiga, pues mire, no.

Este papel de rescatadoras, de propulsoras, cual cohetes, del cambio masculino, de sacrificios así como un mesías cristiano, de hacer el tonto, de excusas eternas y de sangrar emocionalmente deberían darnos vergüenza.

¿¿Por qué es tan adictivo??

¿¿Por qué el cariño, el respeto, el interés, todo lo que deseamos de veras lo rechazamos ante otra opción imposible y más tortuosa??

Mira pues ni idea, pero somos unos suicidas emocionales. Adictos al amor imposible, a la desdicha del rechazo...qué puta mierda!!

Pongamos ejemplos:

1)Hombre que vive a 300 km de ti, recién divorciado, con hijos y pum....surge la chispa. Ya deberías saber que esa premisa es muy probable que acabe contigo y con tu salud mental porque todo lo imaginable irá en vuestra contra.

2)Hombre casado/con pareja, pero inmerso en unos problemones Mari que ni te cuento. Todo un drama.
Su mujer se quiere quedar con los niños, con el piso, con el perro y con la edición coleccionista de El Señor de los Anillos en el caso de que él la quiera dejar...vamos, una bruja!! Y está ahí contigo, súper feliz, súper enamorado, haciendo planes....pero NO LA DEJA!!! 
Cobardía? Comodidad? Chocolomismo??.

3)Hombre en la treintena, profesional liberal, atractivo, culto,...y zasca, chispazo!!. Y tu estás ahí impresionada con su discurso, con su energía, con su rollazo y el morbazo que te come la entrepierna...y claro, follas. Pero ese caballero ama su trabajo y su vida y no va a cambiar nada de nada, ni una coma, por ti. Y tu piensas que a base de polvos lo vas a impresionar y va a decidir de la noche a la mañana que eres la mujer de su vida. Pues si te soy sincera, va a ser que no. Y aunque lo sabes, tu sigues ahí esperanzada y un día te ve la mirada de cachorrito y sale corriendo en busca de otra. Y luego te darás de cabezazos por haber ignorado tu instinto.

4)Hombre maravilloso, atractivo, culto...pero con una pedrada mental de esas de hoy te dejo, mañana te cojo, te dejo de hablar y vuelta a empezar. Y tu ahí justificándole el desequilibrio porque lo está pasando fatal, fíjate tú y claro, hay que ser paciente y entenderle. 

Estos son algunos ejemplos de malos comienzos. Muy pero que muy malos.

No significa que no haya excepciones. Por supuesto que las hay y no se puede hablar de que todo el mundo es igual, pero coincidiremos en la adicción que supone lo imposible, el enganche que producen los amores complicados y sangrantes. Y sabemos que es intrínseco al ser humano, da igual el género.

Y yo quiero decir: Basta ya!!

Porque muchas veces nos enamoramos solo por eso. Imagínate la solidez de esa relación si se diera el caso de que prosperara. Un chiste tóxico cuando menos.

Eso no es amor, es autodestruirse. Y bastante le cuesta a uno mantenerse entero como para sentir la debilidad por el sufrimiento.

Eso que dicen por ahí de que uno NO elige de quién se enamora me da la sensación que no es tan real como pinta. Creo que depende mucho de tu momento personal, de tus carencias, de tus expectativas o de lo que entiendas tú por amor.
A veces nos quedamos pillados de la opción que menos nos conviene por eso mismo...por la esperanza, por la expectativa misteriosa e incierta de que cambie para bien y todo acabe como en las películas.

Seamos honestos, pensemos, sintamos, despertemos...y si no es bueno y en el fondo de nosotros lo sabemos con dolorosa claridad, no te ignores a ti mismo y asume que mejor solo, que mal acompañado.

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