Asco y miedo en Las Vegas



El fin de semana pasado fue de lo más movido... no paré ni un segundo y debo decir que acumulé en dos días y medio más cosas que contar que en un mes enterito.

Vuelvo a estar metida en ese ascazo profundo de las citas online. Y si es un ascazo Medea...por qué lo sigues haciendo??? Pues porque me reporta material para este blog y para mis otras colaboraciones y siempre puede haber alguien que no destaque por algo terrible sino por todo lo contrario y me llevaría una grata sorpresa.

En fin, que esta ciudad da para mucho y comencé el viernes con una fiesta de carnaval bastante sosa todo sea dicho, donde me tropecé con el cachorro abandonado de mi última entrada. Se había bebido un par de copas y estuvimos un rato charlando sobre tontáas varias, hasta que me tocó las narices con la anécdota de marras y me revolucioné. En serio, me tocó la moral y ni corta ni perezosa le busqué mi artículo en internet y se lo planté en las narices. 
Pues el chico me sorprendió y se lo leyó. En medio de una fiesta. Si...muy fino no está, en general. Cuando acabó de leerlo, me pidió disculpas porque lo que hizo estuvo feo y luego hizo tres cosas que eclipsaron por completo esas aparentes sinceras disculpas:

1) Después de sus disculpas vino un pero del tamaño de un edificio. Si tengo que pedir disculpas por ser hombre, entonces...lo siento mil veces. EEEERRRROOOORRR. Mal, niño, muy mal!! Tu y todos podemos dominar los instintos y no perder la educación por un par de tetas y una cara bonita. Así que NO.

2) Se enorgullecía de mi artículo como si fuera un héroe moderno. Me dijo literalmente: Me siento súper orgulloso e iría a todos los que están en la sala enseñándoles el artículo. Hubiese pagado por ver mi cara de estupefacción en ese momento. No, no estaba muy fino.

3) Llegó la "llorona" y volvió a hacer lo mismo. Ejem. Me quedo muerta y enterrá.

Cuando decidí que la cosa no podía ir peor, tres españoles con cinco copas de más decidieron que la mejor manera de ligar es ofreciéndole a una mujer si quiere hacer un sándwich con tres maromos. Cuando me negué rotundamente se tomaron la libertad de pasarse por el forro mis deseos y los tres me rodearon apretándose contra mi cuerpo mientras gritaban y apretaban más...pude zafarme no sé de qué manera y me doy cuenta de que se están riendo porque he huido. Cuando me enfrento a ellos, les cambia la cara y comienzan a insultarme diciéndome que soy una amargada y que no sé divertirme. 
Perdonad GILIPOLLAS por no querer frotarme con tres completos desconocidos!!! Perdonad por no arrodillarme y como arrepentimiento, chupárosla a los tres!!!Perdona universo por no gustarme beber hasta faltarle el respeto a una desconocida porque a mi y a mis amigos nos parece de lo más divertido!!!
Creo que no puedo explicar lo que sentí en ese momento, pero seguro que es lo más cerca que he estado del miedo y del asco a la vez, me sentí sucia y con ganas de llorar. Sobra decir que ninguna persona, pero sobre todo ninguna mujer, debería sentir esto en ningún caso.

Obviamente me marché a casa.

Al día siguiente tuve una cita con un cervatillo asustado que previamente no había dado muestras de aspirar a ser Bambi. Resulta que estaba en shock ante mi presencia y cuando empezó a empatar una palabra con otra me confesó que yo imponía. 
Otra vez la cara de estupefacción se hizo dueña de mi rostro, luego la carcajada y más tarde, le gruñí y hice amago de morderle. Reaccionó como esperaba: asustándose mucho.
En fin, quedé como una loca delante de él, pero amablemente me despedí y le dije que se tomara una tila para compensar el susto de la cita conmigo.

El domingo tenía otra cita con un tío aparentemente normal. Pero eso de fiarse de las apariencias es un tema que por internet no funciona nunca. Quedamos para comer algo, parecía que nos lo pasábamos muy bien, era majo y cuando yo pensaba: quizás sea más de lo que aparenta, llega el ZASZA en toda la boca. Me dijo que se marchaba a su casa a dormir la siesta...grillos, estepicursor, sonido del viento,...Tercera cara de estupefacción del fin de semana. A ver, que el muchacho tiene todo el derecho del mundo a irse cuando quiera, pero lo soltó como el que te tira una piedra y te mira mientras sangras. Ni excusas ni nada, se iba a dormir la siesta como un campeón. 

En fin.

Me fui a mi intercambio de idiomas semanal y la organización nos presentó a un par de chicos españoles que querían practicar inglés. Llamadme tendente a los prejuicios,  pero yo entro ya a una sala y detecto en un tris a los peligrosos, babosos, esquizos, listillos y demás de los que mantenerse bien alejada. Y aquí los majetes de la organización, me llevaron delante del más gilipollas de la sala, de esos a los que les partirías la cara antes de que abrieran la boca, porque sabes que lo que va a decir herirá tu sensibilidad por donde quiera que lo mires.
Pues para probar mi teoría puse discretamente el cronómetro de mi móvil en marcha. Duró tres minutos. En el segundo minuto de conversación hacía alusión a mi acento y al explicarle de qué parte de España provengo no pudo contenerse y soltó la perla: Pero a ti te gusta comer plátanos, no??? A lo que su amigo, ante el tono que usó, no pudo contener la risa y el imbécil se sintió reforzado, uniéndose a las carcajadas.

Cogí mi bolso y me marché.

Ese día lloré, lloré mucho porque había acumulado demasiado. 
He perdido la fe en el ser humano, en especial en los hombres y tengo motivos, lo juro. Solo siento miedo y asco...aunque no sea en Las Vegas.

2 comentarios :

  1. Hola Medea. Encontré tu blog hace un tiempo trasteando por internet y me resultó muy interesante y divertido. Lo puse en favoritos y, de vez en cuando, entro para leerte y pasar un buen rato al hacerlo.

    Pero al entrar y leer estas cosas, evidentemente, no me entretengo. Ni siquiera me produce la sensación de que he recibido una información importante sobre el comportamiento de la gente. Lo que me produce es, como a ti, miedo y asco. Lo del asco es evidente porque es asqueroso compartir género con gente así, pero también me da miedo. Miedo de vivir en una sociedad que no avanza en ciertos aspectos, que confunde la libertad sexual con el derecho a amargar y menospreciar a los que no están dispuestos a satisfacer nuestros caprichos, a no valorar nada y a pensar que los demás solo existen para lo que nosotros queremos. Y miedo también a salir a la calle y no poder reprimir las ganas de liarse a ostias con esos comportamientos.
    No te voy a decir eso tan manido de que no todos somos iguales y demás tópicos. Solo enviarte un abrazo virtual y que espero volver a entretenerme leyéndote, sobre todo porque eso querrá decir que has tenido mejores experiencias o al menos mas divertidos.
    Saludos desde Galicia

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Cruzo los dedos para que haya más hombres que se expresen como tu y al menos se entretengan con mis historias. Un abrazo

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