Chocolomo 2: Tinderello


De la creadora de Chocolomo y de los guionistas de "Soltero, tremenda maldición" llega "Chocolomo 2" para entretener a grandes y a pequeños. Aunque mejor solo a los grandes, que no hay necesidad de aterrorizar a los niños lo mal que está el panorama romántico en España.

Hace tiempo que no escribo, pero es que ando un poco menos soltera, pero eso es asunto para otra entrada...la cosa es que siguen llegándome testimonios desgarradores del uso de las redes de contactos y no puedo resistirme a plasmarlos en este vomitorio virtual.

Llamadme pánfila pero pensé que los malvados en esto eran los tíos. Claro que tengo una visión sesgada, como he confesado infinidad de veces, y no me importa admitirlo. Obviamente, mis experiencias se centran en el género masculino, pero heme aquí patidifusa ante la terrible realidad de que en nuestro bando, amigas, hay locas de atar y expertas en chocolomo. 

Resulta que tengo un amigo, llamémosle Tinderello, que ante una ruptura reciente y sabiendo que eso de Tinder era como los cromos de los adultos, según se vio soltero y en la brecha, ahí que se puso la aplicación de marras con la única intención de "distraerse".

Tinderello es un hombre en la treintena, bien plantao, con sus taras, pero bueno...susceptible de tener éxito entre las féminas. Así que ahí va él, con toda su inocencia y se pone a coleccionar cromos.
A mi pues me enternece este momento que tenemos todos cuando estamos blanditos, tiernos, tan achuchables y cuquis, frágiles y va y nos metemos en ese mundo de carne que nos deja, así, hechos trizas.

Pues Tinderello conoció a la belleza imposible, a una musa de voz dulce y acaramelada, que aparentaba una inocencia desmedida y claro....en Tinder lo perfecto brilla por su ausencia. Así que lo que nació para ser un "entretenimiento" pasa a la faceta real con una cita que transporta a Tinderello a lugares que nunca soñó.
Su diosa oxigenada levantó pasiones en todos los hombres que pasaban cerca, él no podía creerse su suerte de ser el hombre envidiado por su compañía. En su papel de caballero impecable ella buscó su contacto y al final de la cita, hasta le besó. 

¿Y qué sucedió?...pues una bomba de humo ninja del tamaño de una catedral.

Desconcierto, frustración, desilusión, decepción...ese puto cocktail que te deja resaca durante días, enganchado al móvil, preguntándote el por qué de ese cambio, de esa desaparición.

Todos le dijimos que ante su galante gesto de quitarse el Tinder en su presencia como compromiso real de atención y genuino interés, ella no hizo lo mismo y claro, si la muchacha era la mitad de lo que él decía, tendría cola de aquí a Pekín. ¿Cómo iba ella a quitarse la aplicación?.

Y ahí es donde está el chocolomo, las balas en la recámara, el plan B, el as en la manga,...ella con su inocente cara de ángel, estaba jugando una mano ganadora sin que Tinderello se diera cuenta.

Él le preguntó el por qué del cambio en sus mensajes, de posponer la segunda cita, sus silencios,...y ella le salió con que no había cambiado nada, que solo quería ir despacio. 
Al par de días le llegó un mensaje más largo en el que ella confesaba que había conocido a otro que le gustaba más o le generaba más interés y que no le había dicho nada porque no sabía cómo saldrían las cosas. Ves? Chocolomo!!! Joderrrrrr!! 

Mi querido e inocente Tinderello vivió en sus carnes todo aquello de lo que yo le había hablado en cientos de ocasiones, pero que él no se creía y en tono jocoso, siempre achacaba a que algo hacía yo para que eso sucediera. 

Desde esta atalaya solteril que me he fabricado e instalado a mi medida le grito al mundo una reflexión: Si te gusta alguien, ten los putos cojones de ir a por él/ella y deja de jugar a ver si consigues algo mejor!! Coño yaaaa!! 
Es tristísimo ver que la gente juega sin ningún pudor con los demás. Si me gusta alguien y doy las señales oportunas y él se compromete en cierta manera a conocernos; Joder, yo apago el Tinder y le doy una oportunidad real a ver por dónde salen las cosas, no sigo de manera despiadada con una cohorte de pretendientes, a ver quién se lo curra más. Eso no es respetable, eso no es justo, ZORRAS/CABRONES!!

Mi amigo estaba ilusionado y ahora está decepcionado, eso supone que subirá el muro y a la siguiente chica que conozca no la mirará con la inocencia y la fe que tendría en alguien si eso no le hubiese pasado. La interacción con gente así nos blinda y nos daña aunque no lo reconozcamos o nos demos cuenta.
La solución que le di, para animarle, fue que volviera a coleccionar cromos. Se instaló el Tinder y entró a jugar de nuevo con entusiasmo. A la media hora ya tenía cuatro o cinco matches y dos conversaciones en marcha, así que se le fue pasando la desilusión y afianzó la idea de que su atractivo sigue intacto. 

Lo que nos lleva a la conclusión de que si no ganas la lotería a la primera o a la décimo tercera vez, lo importante es ser práctico y seguir jugando. Por pura estadística, algo bueno ha de venir.

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