Perfiles: Dios


¿¿A ninguna le ha tocado ver a Dios en sus citas???. ¿¿Seguro??.
No hablo de una revelación o de un milagro para la canonización de un santo. Ni siquiera de sexo increíble. Hablo de ese tipo de hombres que creen de verdad que son Dios.

Debo confesar que me quedé con uno casi dos meses y llegó un punto que tanta ¨perfección¨ me causó una úlcera del duodeno del tamaño del agujero de la capa de ozono.

Bueno, pues este tipo de hombres responden a las siguientes características:

1. Son la cúspide de la especie humana. Ellos están por encima de cualquier otro ser humano que les rodee. La humanidad es escoria, si fuera por ellos se quedarían solos mirándose el ombligo. Divinamente, como corresponde a una deidad.

2. Su forma de hablar o dirigirse a la gente emana asco y desprecio absoluto. De hecho su expresión facial acompaña al tono.

3. Les encanta destacar los defectos de los demás. A veces con sarcasmo o con bromas pesadas. En definitiva, nunca hay nada positivo que decir de nadie, porque Dios es perfecto, ya sabemos.

4. Carecen de expresión facial en su estado de reposo. Solo cuando desatan su ira y su menosprecio aparece un atisbo de humanidad como indicaba anteriormente.

5. Son egoístas a un extremo enfermizo. Como son el alfa y el omega, son el equivalente teológico a Juan Palomo, ellos se lo guisan y se lo comen todo. Lo tuyo también. Y lo del vecino si pueden pues hala, que arrasan.

6. Aunque parece obvio a estas alturas, cabe remarcar su falta de empatía.

7. Son de un machismo sutil basado en sus experiencias con "locas". Las locas son sus ex parejas que siempre le han traído unos problemas del carajo y pobrecitos míos, si fuera por ellos la Ley de Violencia de Género habría que abolirla para devolver al hombre a su estado natural de privilegio intrínseco por tener pene. Solo te saca los datos de denuncias falsas y de las locas que poblamos el mundo queriendo arruinar al género masculino y en concreto a él. Con lo generoso que es y con lo Judas que somos las mujeres.

En definitiva este perfil no tiene remedio alguno, ni medida para contrarestarle. Vivirán ese desprecio absoluto por el entorno, ese desapego de las emociones y de la realidad con ahínco, porque esto es lo que hay. Son como son, en su perfección sin límites y si te gusta bien y si no, te piras. Y yo me piro. Muy lejos.

Soy de las que cuando algo comienza a restar, a quitarte estabilidad y comodidad, corta por lo sano.
Con este perfil de hombre, que mi instinto captó casi de primeras, debí huir cuando tuve tiempo. Pero bueno, para qué quejarnos. Dos meses son una gota de tiempo en una vida.
Se quedará criando malvas en mi recuerdo, en esa estantería donde se acumulan personas de las que no recuerdo ni su nombre, que tuvieron un comportamiento deleznable con esta servidora.

Creo que la conclusión que saco es que mi ateísmo se refuerza, sale engrandecido y fuerte como nunca. Si os tropezáis con uno, corred.

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